Efectivamente. Soy astígmata. Linchadme. |
No todos los
Séptimos son vespertinos…
También
existen mañanas.
Jugando entre carballos. |
Decidida a
aprovechar mi madrugón electoral, me saqué de la manga una visita diferente
para la mañana del domingo. He ido a cubrir un reportaje para vosotros al
monasterio de Oseira: http://www.arteguias.com/monasterio/oseira.htm
¡Bienvenidos! |
Parece raro.
Lo sé. Pero todo tiene sus razones… En mi casa, como en muchas otras casas, y
seguramente también en la vuestra, los domingos se come diferente. Todo el
mundo está de vacaciones (¡sí, incluso nosotros!), así que todo el mundo se
sienta a la mesa a la vez. Y eso es motivo de celebración. Este domingo tocó
degustar uno de los mejores manjares que se pueden probar por estas tierras. Y
lo que más me gusta es la paradoja en la que te sumerges al analizarlo. Hemos
ido a comprar pulpo a las pulpeiras de O Carbaliño.
Ay... el pan... |
Cuando
queráis discutimos el porqué de esta iniciativa tan costera en un sitio tan de
interior. Que sepáis que tiene relación con los monjes y es una historia muy
larga (mentira) en la que tendría que intervenir otro ponente que vive bajo mi
mismo techo (o más bien, al revés, esto es cierto), con lo que voy a pasarla
por alto. Os conmino a ampliar vuestros conocimientos acerca de estos
interesantes cefalópodos. El caso es que ya de paso, se aprovecha el viaje: pan
de Cea del horno habitual (ya mis abuelos lo compraban en ese, pero cada cual
tiene uno predilecto) y visita al fantástico monumento situado en uno de los
enclaves más ricos paisajísticamente de nuestra comarca.
Las flechas señalan el Camino... |
... por si acaso nos perdemos. |
La piedra
habla y los caminos escuchan. El de Santiago pasa por aquí, acogiendo al
visitante en un enclave donde, qué queréis que os diga, yo me dejaba llevar. La
mañana había amanecido invernal, pero a medida que la niebla se disipaba, y el
sol se dejaba ver y querer, los campos de flores moradas crecían en interés.
Para mí, para mi objetivo, para las abejas. Resultado: mis acompañantes se
desesperaban a ratos. Menos mal que los Séptimos lo son para todo el mundo y no
se lleva mucha prisa.
Morado sobre verde, mi corazón de castañuelas, tralará tralarito. |
Pasead por el
pueblo. Si bajáis a un área recreativa atravesada por un pequeño río, muy
cuidada, veréis un precioso palco de música a la antigua usanza, y un cruceiro
que completa la monumentalidad de la villa. Y sobre todo…
Reflejos, reflexiones (¿llegaremos para comer?). |
Un
maravilloso cartel con el que se nos hizo la boca agua, con cuatro rutas de
senderismo que nos han obligado a tirar de calendario: próximamente las
investigaremos para vosotros y por supuesto, podréis recrearos con unos cuantos
Séptimos muy interesantes. Llegan las nieves, señores. No es por ponerme
mainstream, pero Winter Is Coming.
En
definitiva. Pulpo. Pan de Cea. Reportaje fotográfico. Sol matutino. Frío
invernal.
Si me
conocéis, sabéis que soy muy feliz…
Y diréis, pero
¿y la tarde? ¿Has abandonado tus actividades de reportera dominical quedándote
en casa? Por favor, no me acuséis en vano. Tuve que ir a hacer una actividad
poco interesante para el blog, pero con repercusiones en un futuro Séptimo: fui
a limpiar. Piedra, madera, lareira, algo de hollín y un pájaro muerto (hay gente
a la que esto le recordará a cierto gato momificado en la leñera… Sin cadáver no
es lo mismo, hay que darle al público lo que pide).
¿Curiosidad?
Bueno, eso fue lo que mató al gato… *TA DUM TSSS*
Balcones de flores, torres de piedra al fondo. |
Este ha sido
un gran Séptimo. Cada uno es incluso mejor que el anterior, lo cual nos lleva a
concluir que vamos por el buen camino. Estoy segura de que vosotros estáis
también en esa senda de la normalidad y la cordura (y si es locura, pues la
sana. Para todos los gustos). No lo dudéis, esta es vuestra casa. ¡Cuando
entréis, cerrad la puerta, que se escapa el calor! (El gato no. Ya habíamos
quedado en que estaba muerto. JAJAJAJAJAJA linchamiento generalizado etc.)
¡Hasta el
Séptimo que viene!
Cielos que me enamoran, que me hipnotizan, que me embelesan, que me retrasan con gusto. |